En “Atlas” las imágenes cotidianas se encuentran en universos íntimos y extraños en los que confundo lo vivido con lo imaginado.
Rastros efímeros de una memoria que se construye desde la intuición y la distancia se revelan como un todo hasta ahora desconocido. Puntos, líneas y caminos crean una inmensa red de mapas inacabados que trazan una hoja de ruta.
Y sus fragmentos, dispersos en el espacio y en el tiempo, dibujan un Atlas sólo visible desde el interior.